En 2012 me encontré con el físico Juan Maldacena para una entrevista. A pesar de su genio, erudición y fama internacional (ya un rock star del física teórica) me regaló un tiempo para mencionar otros temas. Otros que yo sí podría entender y el público que leyera la entrevista.

Por Claudio Andrade

La fotografía la saqué por entonces con la humilde cámara de un celular Samsung. Se la adjudicaron por error a otro fotógrafo en Clarín.

Mientras el público ingresa al pequeño teatro que posee la Biblioteca Sarmiento de Bariloche, Juan Martín Maldacena trabaja absorto en su MacBook Air, sentado en un sillón a sólo dos metros de la puerta y de un viejo piano que ya nadie toca. Cada tanto saluda con medida cordialidad a los pocos físicos que se le acercan tímidamente. «Esta charla es para público en general, los próximos días haré charlas más…más técnicas», le dice a Clarin.com un rato antes de que comience el evento. Y su público hoy son adolescentes, jóvenes con peinados extraños, docentes, biólogos y curiosos de amplio espectro.

El físico argentino de 43 años, que acaba de recibir el premio de la Fundación de Yuri Milner dotado con 3 millones de dólares, está de regreso a la geografía donde vivió cuando era alumno del Instituto Balseiro.

«No tengo familia acá pero están los amigos, los colegas del Balseiro, físicos», explica y abre los brazos como subrayando la obviedad. Hay, según él mismo cuenta, un número reducido de personas en el todo el mundo que verdaderamente entienden la «Conjetura de Maldacena». Algunas de las cuales están en el Instituto cuyo primer director fue José Antonio Balseiro.

Rutina. «Arranco entre las 6 y las 7 de la mañana y primero me voy a correr». cuenta Maldacena sobre el día a día cuando no está de viaje, como ahora. «Después al trabajo le dedico 10 horas, entre reuniones con otros colegas y otras cosas, todo. La mitad de ese tiempo estoy solo trabajando en mi oficina. En el instituto -Instituto de Estudios Avanzados de Princeton- saben que si la puerta está cerrada, está cerrada… «, cuenta.

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